Posteriormente fueron llevados a comisaría para que empezara su proceso de “reeducación”. Según el inspector de la policía local, los arrestados fueron trasladados a una academia de policía a 62 kilómetros de la ciudad, sometidos entonces a una ceremonia tradicional; tirados a una piscina para ser purificados, se les dio jabón, un cepillo de dientes y un libro de oraciones.
Una “reeducación” de diez días de duración les esperaba entre oraciones y aprendizaje de pasajes del Corán. La Comisión Local de Derechos Humanos criticó la actuación de la policía porque los punkis no cometieron ningún crimen. Uno de los arrestados se lamentaba: “¿Por qué me cortaron el pelo? No le hicimos daño a nadie. ¿Por qué nos tratan como a criminales?”.
Y es que de esta forma podemos evidenciar un gran mal que afecta actualmente a la sociedad, la discriminación, y todo debido a no tener la misma forma de pensar, vestir o comportarse. Hechos como el ocurrido en Indonesia son muy comunes hoy en día, inclusive hasta en nuestro hermoso país Colombia, donde la falta de cultura nos hace pecar. Por hechos similares al ocurrido en Indonesia, se han presentado infinidad de marchas al rededor del mundo para pedir por la no discriminación y tolerancia frente a personas pertenecientes a movimientos como el punk y, aunque no haya sido muy grande el avance, las cosas están empezando a cambiar un poco.
Por último puedo concluir, no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti, respeta y acepta las diferencias de cada persona, y ya verás que así, construiremos un mundo mejor.
